• Hato El Frío

    El Frío está situado en el estado Apure, entre las poblaciones de El Samán y Mantecal. Hasta 2009 estaba considerado como uno de los complejos ambientales más representativos de las sabanas de Sudamérica y es considerado el tercer humedal más importante de Suramérica. Ubicado en plena llanura de inundación entre los ríos Apure y Arauca, presenta un clima típicamente tropical, con la presencia de dos estaciones bien marcadas, una seca (noviembre-abril) y otra lluviosa (mayo-octubre). Las temperaturas son muy parecidas todo el año, con medias mensuales entre 25º y 29º. La precipitación anual media es del orden de los 1.400 mm, aunque en ciertos años puede superar los 1.800 mm.

    Para 2008, la flora de este humedal incluía más de 300 especies, de las cuales 200 son plantas acuáticas. Dentro de la fauna de El Frío las aves son muy numerosas: para el momento se identificaron 319 especies. Igualmente 200 especies de peces, 20 anfibios, más de 80 especies de mamíferos –incluyendo cuatro de las cinco variedades de felinos existentes en Venezuela (jaguar, puma, cunaguaro y onza)-y 29 especies de reptiles. 

    A este último grupo pertenece el caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius), especie en peligro de extinción cuyas poblaciones naturales se recuperaron exitosamente gracias a la labor sostenida por el proyecto de la Estación Biológica, después de su total desaparición durante los años 1960-1970. En 2009 recibió el reconocimiento por la UICN como la tercera población de dicho reptil.

    Hato El Frío: su historia

    El llano ha tenido tres revoluciones: la primera la imposición a conveniencia del ganado criollo, el cual fue traído de España. Otra la aparición de las alambradas que parceló y causó mucho impacto a la vida silvestre. La última, las grandes obras públicas, las vías de comunicación, las represas de todos los ríos, los intentos de hacer diques y módulos con un manejo del agua de forma indebida para el ambiente.

    Javier Castro Viejo

    El Hato el Frío es uno de los primeros asentamientos ganaderos de la Capitanía General de Venezuela, que a su vez fueron la base del sistema pecuario que permitió en buena medida la prosperidad y el desarrollo de América. El primer censo ganadero efectuado en 1791 para el estado Apure decía Hato de Don Diego Plaza, en el sitio del Frío con 5000 animales vacunos, cuyo mayordomo es Antonio Larrea.1 Seguir leyendo

    Época Republicana

    Dentro de la época republicana, la noticia más antigua refiere la propiedad del hato a un español realista de apellido de Zabaleta (Ortiz s/f). Sin embargo, las referencias indican que la Comisión de Reparto de Bienes Nacionales de Apure, por órdenes del Supremo Gobierno, adjudicó posteriormente el hato al General José Antonio Páez en pago de haberes militares, en fecha 16 de mayo de 1824 (Carrillo: 94).

    El triunfo de la ofensiva independentista denominada como “batalla de Mucurita” ocurrió el 28 de enero de 1817, precisamente, en terrenos del hato El Frío en el caño Mucuritas. La contienda se considera como uno de los encuentros más heroicos de la Guerra de la Independencia para el bando patriótico. El general Páez prendió fuego a la sabana, “al mismo tiempo que hacía repetidas cargas de caballería contra la infantería realista; se salvaron estas tropas de perecer abrasadas gracias a la presencia de una vaguada con agua por la cual escaparon”2. Leamos en palabras del propio general Páez el relato de tan memorable suceso: “…este combate costó a los realistas la pérdida de una gran parte de sus pertrechos, de muchas de sus acémilas, de gran número de armas que arrojaban los soldados por escapar del fuego. Nosotros no tuvimos más pérdidas que la del valiente comandante Segarra y la de pocos oficiales y soldados. En cambio, el triunfo dió gran fuerza moral a nuestra causa, pues era el primer revés que sufría el ejército de Morillo después de su llegada a Costa Firme…”.3 El oponente realista, el General Morillo escribe: “Catorce cargas consecutivas sobre mis cansados batallones me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes poco numerosa, como me habían informado, sino tropas organizadas que podían competir con las mejores de S.M. el Rey”.4

    El Frío y las sabanas de Mucurita tienen así una importancia histórica como campo de batalla. También se mantienen las bases de la casa que para la época, fungió de cuartel general tanto a los realistas como al ejército patriótico. Aunque no se conservan las características arquitectónicas de tiempos republicanos, la edificación se mantiene en el mismo lugar.

    Herencia femenina

    El propio General José Antonio Páez intercambia el hato El Frio por otros bienes. Éste será entregado por intermediación de la Comisión de Reparto de Bienes Nacionales de Apure al General José Laurencio Silva, por el mismo motivo por el que cual le fue otorgado el hato al general Páez: en pago de sus haberes milites. Sin embargo, Páez continuó ejerciendo indirectamente el control del hato con miras a que formara parte del patrimonio de Bárbara Nieves, quien para entonces vivía con él. Y así sucede, el 24 de abril de 1835, cuando el general Silva vende el hato a la señora Bárbara Nieves. A su muerte, esta propiedad pasará a manos de sus herederas Úrsula María Páez, Sofía Travieso de Páez, Juana Páez de Díaz y Sofía Jacinta Páez.

    Patrimonio comercial: Bauditz & Gorrin

    En 1889 el Frio lo compra la sociedad VON BAUDITZ & GORRIN de Puerto Nutrias, bajo la dirección del señor Fernando Von Bauditz, danés que acondicionó el hato “con toda su pompa”, según palabras del propio Iván Darío Maldonado. El gobierno de Dinamarca había condicionado la pensión que recibía Von Bauditz a su permanencia en Apure, razón por la cual la sociedad decide adquirir la propiedad. A su muerte, la esposa entrega la administración del hato a don Tomás Novellino, quien se encargará por varios años de su manejo. Don Tomás comerciaba por los ríos llaneros trayendo en sus bongos mercancía desde Ciudad Bolívar hasta Puerto Nutrias; a la vez transportaba desde el llano los cargamentos de tasajo, cuero de res y pluma de garza. Según comenta Carrillo-Batalla “…la obra de Novellino fue una importante empresa comercial y de navegación que sirvió al progreso nacional –sobre todo del Alto Apure- por varios lustros. Sus competidores fueron los hermanos Barbarito, pero ellos se concentraron más bien en el Bajo Apure. Ambos comerciaban también con ganado, aunque nunca llegaron a destacarse como ganaderos…” 5

    Los Maldonado y La compañía INVEGA: Desarrollo y progreso por el llano.

    Samuel Darío Maldonado adquiere El Frio, el 22 de febrero de 1911 y según Carrillo-Batalla, lo hace bajo recomendación de Ricardo Julio Bello y la cabal evaluación de Lisandro López Viloria. Compra la propiedad a la Sra. Soledad Barreto Von Bauditz, y encarga su administración a Ricardo Julio Bello con el objeto de desarrollar la actividad ganadera. Samuel Darío Maldonado muere precozmente en 1925, dejando el hato en herencia a su viuda e hijos.

    Lola de Maldonado, Ricardo Maldonado e Iván Darío Maldonado -herederos de Samuel Darío Maldonado- a partir del Hato El Frío constituyen la compañía Inversiones Venezolanas Ganaderas (INVEGA) en fecha 19 de diciembre de 1955. Este aporte significó un giro importante en la producción ganadera del estado Apure, conformándose una empresa productora de carne para el resto del país. En palabras de Carrillo-Batalla “…El Frio es hoy un hato excepcional en Apure, que no sólo posee buenas sabanas sino también una de las mejores infraestructuras para la producción en Apure, tanto como uno de los grandes rebaños de ganado bovino y caballar que allí se encuentran…”6

    En 1974 se crea la estación biológica en los propios terrenos del Frio con el apoyo incondicional de la familia Maldonado. Este esfuerzo encarna un claro ejemplo del compromiso con la conservación, el medio ambiente y su biodiversidad, y representa una innegable referencia en el tema del desarrollo económico sustentable del mundo, gracias a los aportes dados en el sector productivo y ambiental del estado Apure.

    • 1 Mendez, Argenis: Historia de Apure, Publicaciones de la Oficina del cronista del estado Apure, Caracas, 1985.
    • 2 Rodríguez, Adolfo: “José Antonio Páez”, Diccionario de Historia Polar de Venezuela, tomo 3, Caracas, Fundación Polar, 1997.
    • 3 Tomado de Carrillo, Vicente: Sabanas de Soledad, relatos y estampas, material mimeografiado, Caracas, 2007, pág. 94.
    • 4 Páez, Ramón: Escenas rústicas en Sur América o la vida en los llanos de Venezuela, Ediciones Centauro, Caracas, 1980, pág. 309.
    • 5 Tomado de Carrillo, Vicente: Sabanas de Soledad, relatos y estampas, material mimeografiado, Caracas, 2007, pág. 94.
    • 6Ibidem, pág. 102.

    Labor de la familia Maldonado

    El 22 de febrero de 1911 Samuel Darío Maldonado adquirió el humedal de Hato El Frío. A partir de ese momento supo apreciar el valor de estos ecosistemas donde prosperan las cadenas alimenticias en perfecta armonía y una de las áreas más productivas en biomasa de oxígeno para el mundo.

    La espectacularidad de El Frío empezó a atraer a estudiosos, académicos, conservacionistas y gente del cine, pero también a dar que hablar, lo cual no pasaba desapercibido para otros propietarios que, de una forma u otra, siguieron su ejemplo. Así, gracias a El Frío, obra de Iván Darío Maldonado y su familia, se pudieron establecer lo casos y estudios que dieron lugar a que Venezuela fuese pionera en el uso de recursos naturales y que a su vez su ejemplo fuese conocido en otros muchos países.

    La abundancia de las especies aprovechables en El Frío y los estudios realizados contribuyeron enormemente al inicio de programas de desarrollo sostenible, como el estudio pionero sobre el chigüire de Juhani Ojasti, que dieron lugar a un plan de gestión todavía en uso. La familia Maldonado era reacia a que se tocara la fauna de El Frío y solamente permitió el uso del chigüire y la pesca. Nunca se consintió el aprovechamiento de la baba o la caza, fuese ésta deportiva o de subsistencia.

    Iván Darío introdujo un modelo de gestión del bajo llano de indudable trascendencia. Convencido de que la productividad dependía principalmente de la luz (clorofila), de la temperatura, del relieve y del agua (que regula la temperatura y garantiza la humedad, así como permite la vida a los organismos acuáticos y aporta nutrientes), impulsó un sistema basado en la construcción de terraplenes someros dispuestos en sentido vertical a determinados cauces. El agua era retenida hasta que rebasaba los extremos del terraplén, cuya altura, que determinaba la profundidad máxima alcanzada, era elegida de tal forma que garantizase las mejores condiciones ecológicas durante el tiempo más largo posible. Estaba previsto que la laguna somera formada se secase al final del verano (marzo-abril). Este modelo coincidía con el que habían utilizado los indios en época prehispánica y que con variaciones se ha encontrado en el Pantanal y en el Beni.

    Como síntesis, podemos decir que la familia Maldonado demostró el papel esencial que juega la propiedad privada en la conservación de la naturaleza. El ejemplo del refugio de fauna del caño Guaritico es elocuente.

    Alexander Degwitz, Javier Castroviejo y José Ayarzagüena

    Ganadería Ecológica

    La familia Maldonado, trabajó hasta la confiscación del hato en 2009, en la implementación de un modelo técnico y economico, en base a la implementación de programas de ganadería ecológica, en un modelo tecnológico integral para humedales de sabana, que permetía desarrollar sistemas de producción con bovinos de carne y leche, tanto vacunos como bufalinos, evitando generar alteraciones en el ecosistema y conservaba de manera equilibrada la biodiversidad existente

    Durante más de cuatro décadas, en las sabanas de El Frío se logró desarrollar una manera consciente y progresiva de sustituir el concepto de «explotación» por «aprovechamiento» armónico y balanceado. Bajo el concepto de «ganadería ecológica», se procuraba obtener beneficios razonables de las grandes bondades de estos delicados humedales apureños, sin la intromisión de agentes químicos y flora exógena que alteraban el balance natural de cadenas alimenticias que evolucionan en perfecta armonía. Los resultados fueron un ecosistema extremadamente rico en diversidad genética y productividad de oxígeno. Con una visión, donde la ganadería sea sólo una actividad entre varias, un sistema fundamentado en el uso racional de la amplia gama de recursos naturales disponibles.

    Desde la década del 80 cuando se comenzaron a implementar la construcción de sistemas internos de carreteras, con el objeto de interconectar durante los meses de lluvia las diferentes fundaciones o centros de trabajo, cuyo fin era minimizar las inundaciones anuales normales de este ecosistema llanero. Hato El Frío no escapó de este efecto, sin embargo implementó un sistema de explotación de ganadería ecológica bovina que incorpora la utilización de recursos naturales existentes, propio de los humedales de sabana, tales como la explotación racional del chigüire, la baba, el pescado de río, y el aprovechamiento del paisaje natural para la implementación de un campamento ecoturístico.

    La actividad principal del hato es la cría, bajo la modalidad del sistema básico vaca-maute, el cual se caracteriza por producir animales machos que a la edad del destete salen del grupo de cría o de la finca hacia otra zona o hato dedicado al levante, donde culminarán su etapa de crecimiento antes de ser sometidos al engorde o ceba. Las hembras, por lo general, se quedan en el mismo rebaño donde nacieron para reemplazar las vacas que se eliminan.

    Como complemento de la producción ganadera se registra la salida de vacas y toros de descarte anual, con la finalidad de generar ingresos adicionales y comenzar un proceso de presión de selección sobre el rebaño, el cual forma parte de los nuevos programas de desarrollo a que se está sometiendo el hato.

    El aprovechamiento racional de la baba, del chigüire y del pescado de río fue efectuado en 2006, cumpliendo con lo establecido por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente y Recursos Naturales, manteniendo una de las poblaciones más altas del estado Apure, cumpliendo con una labor importante en la vigilancia y control de las sabanas donde se encuentran estas especies.

    La Estación Biológica

    La Estación Biológica el Frío (EBF) fue creada en 1974 por iniciativa de Javier Castroviejo e Iván Darío Maldonado, con el respaldo de la Asociación Amigos de Doñana. Lideró en 1989 la primera experiencia de rescate del caimán del Orinoco, considerada por la UICN una de las doce especies de vertebrados en mayor peligro de extinción en el mundo.

    Iván Darío Maldonado y Javier Castroviejo

    A lo largo de más de tres décadas, adelantó importantes programas de conservación, de investigación, de educación ambiental y de uso sostenible de los recursos naturales del llano venezolano. Desde la EBF se generó una producción de más de 150 publicaciones y una infinidad de reportajes audiovisuales por cadenas de televisión conocidas internacionalmente.